Ayer me fui a medio día a ver tiendas. Me encanta ir a la hora de comer, apenas hay nadie en las calles y los centros comerciales se vuelven más amplios, se puede pasear a un ritmo mucho más lento y da la sensación de que hubieran cerrado sólo para ti. En los probadores no hay cola, puedes charlar con las dependientas, te atienden enseguida y si te hace falta alguna talla las tienes a tu disposición antes de que puedas pedirles alguna ayuda, después, en un momento pagas, y te vas, a seguir viendo escapartes...
Hacía mucho tiempo que venía fijándomde en unas bailarinas bicolor como las de Chanel,
souliers, creo que se llaman, obviamente el presupuesto no da para tanto (y aunque lo diera, nunca me gastaría tal cantidad de dinero en unos zapatos). Las había visto una y otra vez tras el cristal, cuando pasaba por su lado me quedaba mirándolas, y yo creo que ellas se daban cuenta; Así empiezan algunos amores, a veces no se dan cuenta de que les gusta alguien hasta que ese alguien les demuestra que está enamorado, pues con mis bailarinas pasó lo mismo, como dos enamorados, como si estuviéramos predestinados a estar juntos, ayer por fín me decidí, y entré en la tienda.
Casualmente, eran las del escaparate las únicos que quedaban. Casualmente eran justo de mi talla. Y casualmente estaban más baratas de lo que yo habría imaginado. Estoy enamorada.
Les pasé la mano por la piel como en una caricia, y parecía que de verdad tenían alma, como si fueran un ser vivo, como siento al tocar mis plantas ... Qué historia de amor tan rara.
Os presento a mis bailarinas:
Estas damiselas tan planas no son del todo el calzado más cómodo, ni más apropiado para mí que tengo el pie cabo, a veces se me engarrotan los tendones y mis dedos gritan de dolor pero ay, qué bonitas son, Coco Chanel las diseñó hace más de medio siglo, para mí es un simbolo de elegancia que perdura en el tiempo, y es que, aunque han ido transformándose con la moda, siempre han estado ahí.
"Con cuatro zapatos puedo dar la vuelta al mundo"- decía. Son los zapatos más mimados y más reinventados.
He estado buscando por la red y por lo visto hay un buen motivo para ser bicolor:
En los años 20 y 30 los deportes de hierba como el golf o el tenis estaban de moda y la punta negra disimulaba las antiestéticas manchitas, el beige se confunde con la piel alargando la pierna y el negro de la puntera acorta el pie. Coco diseñó varios modelos del mismo zapato para acompañar todo el vestuario simplemente modificando el color de la puntera; Azúl marino para el verano, marrón para ocasiones informales, dorado para la noche y negro para cualquier ocasión.
Hay varias cosas más que Coco creó y siguen siendo atemporales: la combinación del blanco y negro, el rougge en los labios, el famoso bolsito ( que no me acuerdo del nombre) y por supuesto el perfume, del que yo soy adicta.
Mis bailarinas no son beige sino color nude, que es prácticamente lo mismo pero más rosado, y readaptándolas a mi época las combinaría siempre con vaqueros tanto largos como remangados, cambiando únicamente los complemtos tendríamos un total look para mañana , tarde o noche: GENIAL!!!Me estaría toooooodo el dia con ellas, eso es amor.
Mis bailarinas y yo nos despedimos.